¡Qué sonrisa tan bella tenía el valiente caballero mientras bailaba! Parecía un delfín dulce saltando un barco arrugado. Todo parecía llamar a la magia amarilla, hasta parecía que estaban hablando los perros amarillos también. Soñaban con un columpio bonito y también soñaban con un coche estupendo mientras estaban en albornoz, que les quedaba un poco grande, y alguno por eso lloraba.
En la tienda todo es bueno, sin olvidarnos de las orejas del dependiente que son amarillas.
En este momento un pensamiento interactuaba en mi cabeza, era como una hipnosis amarilla, que consistía en querer ser un perro brillante y bailar.
A la vez, el avión perdío una hélice y el valiente piloto hizo saltar una música de clarinete dulce que llamaba e incitaba al mar arrugado a hablar.
Mientras tanto, la zapatilla amarilla soñaba con encontrar un pastel tan amarillos como ella y poder estar juntos para siempre.
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