martes, 17 de enero de 2012

Happy Feet 2: El Pingüino.

Título: Happy Feet 2.
Director: George Miller.
Guionista: George Miller
Gary Eck
Warren Coleman
Paul Livingston
Productor:  George Miller
Doug Mitchell
Bill Miller
Género: Animación.
Título original: Happy Feet 2: El Pingüino.
Actores:  Elijah Wood: Mumble.
Robin Williams: Amoroso/Ramón
Pink: Gloria
Brad Pitt: Will El Krill
Matt Damon: Bill El Hill
Magda Szubanski: Miss Viola
Anthony LaPaglia: Boss Skua
Duración: 101 minutos.
Banda sonora: John Powell
Edad recomendada: Apta para todos los públicos. Estoy de acuerdo con la calificación ya que es una película adecuada para los niños más pequeños y menos pequeños, el argumento es sencillo y fácil de entender y la música y las canciones y bailes es casi con lo que más disfrutan los más pequeños en esta película.
Distribuidora: Warner.
Sinopsis:  Mumble, el maestro de Tap, tiene un problema con su pequeño hijo Erik, un coreo-fóbico. Renuente a bailar, Erik escapa de su hogar y se encuentra con el poderoso Sven, ¡un pingüino que puede volar! Mumble no tiene ninguna esperanza de poder competir con un personaje tan carismático, pero las cosas se ponen peor cuando el mundo es sacudido por unas fuerzas poderosas. Erik tendrá entonces que intentar reunir a pingüinos de varias partes del mundo y a todo tipo de criaturas fabulosas como Krill, un gigante elefante marino, para intentar solucionar el problema.
Valoración estética: La película estéticamente está muy bien hecha, posee mucha luz y mucho colorido, además los pingüinos son animales que resultan simpáticos y adorables para los niños, lo cual refuerza la película. El hábitat polar siempre resulta un misterio para los más pequeños de nuestro país ya que es muy difícil que lo conozcan, lo que supone que después de ver esta película salgan maravillados, de ver tanta nieve, patinaje sobre hielo, y vida en general de esa zona.
Además, el baile y las canciones anima a los niños y hace que disfruten más de la película, ya que para ellos es algo nuevo, es cierto que en las películas infantiles siempre hay muchas canciones, pero las de esta película son diferentes ya que la mayoría cuentan con coreografías y tocan diferentes géneros que además no se parecen en nada como por ejemplo la ópera y el rap.
Valoración didáctica: Esta película cuenta con varios valores pertenecientes a varios ámbitos:
Primero trata la importancia de la ecología y el medio ambiente a través de una crítica  severa que nos hace darnos cuenta de que el calentamiento global está arruinando la vida de los habitantes de los polos, que también son parte de nuestro mundo, el discurso que genera es existencialista pero bien explicado para que todos podamos entenderlo.
Por supuesto fomenta el compañerismo, la solidaridad, la ayuda a los demás y la importancia que tiene el respeto y la admiración que debes mostrar a la gente que te quiere de verdad, sobre todo a tu familia.
Y ofrece valores relacionados con la propia persona; creer en uno mismo, saber quien eres y donde está tu hogar, que son de total importancia hoy en día, y cuanto antes se lo inculquemos a los pequeños mejor, para así evitar problemas mayores cuando crezcan.
Hay que quererse y aceptarse a un mismo tal y como es, y no ser igual de bueno que el resto en una determinada actividad, en este caso bailar, no significa que no seas igual de bueno que ellos en otras cosas. Hay que descubrir las virtudes de cada uno, valorarlas y mostrarlas sin avergonzarnos porque todos somos diferentes, no hay nadie perfecto en todo.
Después de visualizar la película en clase se podrían realizar muchas actividades con los niños:
Imitar alguna de las coreografías realizadas por los pingüinos.
Con papel continuo realizar un mural sobre el hábitat polar.
Conocer y estudiar las características más significativas de los animales que aparecen en la película.
Aprovechando el mensaje ecológico de la película, organizar un taller sobre el ciclo, la importancia y las características del agua.
Realizar una representación de la parte de la película que más haya gustado a los niños.
Animar a que cada alumno demuestre un talento que posea, vale cualquier cosa, lo único que necesitan es estar orgullosos/as de que saber hacerlo.

lunes, 16 de enero de 2012

Cuentos mínimos

Este es el cuento de una ardilla,
te lo cuento y se acaba enseguida.

Un ratoncito iba por un descampado
y este cuentecito se ha acabado.

Este es el cuento de una canasta
y con esto que te digo basta.

Este es el cuento de un soldado
que no empezó y ya está acabado.

Había una vez un pollito inglés
que se fue a Francia y se volvió francés.

Esto era una vez una serpiente
que se cayó y se partió los dientes.

Esta es la historia de un saltamontes
que salta y baila y siempre se esconde.
¿Sabes tú dónde?

- ¿Quieres que te cuente
el cuento del ganso?
- No, porque me canso.

Érase una vez
un perrito de grafito
con las patas de goma.
El perrito se rascó
y el cuento se acabó.

¿Quieres que te cuente un cuento?
- Sí.
- Tu tío es un sargento.
- ¿Quieres que te cuente un caso?
- Sí.
- Tu tío es un payaso.

viernes, 13 de enero de 2012

Una historia...espontánea.

¡Qué sonrisa tan bella tenía el valiente caballero mientras bailaba! Parecía un delfín dulce saltando un barco arrugado. Todo parecía llamar a la magia amarilla, hasta parecía que estaban hablando los perros amarillos también. Soñaban con un columpio bonito y también soñaban con un coche estupendo mientras estaban en albornoz, que les quedaba un poco grande, y alguno por eso lloraba.
En la tienda todo es bueno, sin olvidarnos de las orejas del dependiente que son amarillas.
En este momento un pensamiento interactuaba en mi cabeza, era como una hipnosis amarilla, que consistía en querer ser un perro brillante y bailar.
A la vez, el avión perdío una hélice y el valiente piloto hizo saltar una música de clarinete dulce que llamaba e incitaba al mar arrugado a hablar.
Mientras tanto, la zapatilla amarilla soñaba con encontrar un pastel tan amarillos como ella y poder estar juntos para siempre.

Mi abuelo....¿Un gato?

Os voy a contar lo que me ocurrió el año pasado, durante las vacaciones de Navidad.
Preparaos, porque fue algo increible y maravilloso, y mucho metemo que necesitaré vuestra ayuda.
Mis abuelos viven en una pequeña aldea de Galicia, en la provincia de Pontevedra, y mi familia y yo vamos a verlos siempre que tenemos vacaciones.

Mis abuelos viven cerca de la playa, y a mi abuelo le encanta ir a pescar, pero estas navidades, hacía tanto aire y llovía tanto que no pudo ir, y no tuvo más remedio que ir al mercado a comprar el pescado para la comida de Navidad.
A mí me gusta mucho estar con ellos, asi que, decidí acompañarle a hacer la compra. Antes de salir de casa, mi abuela le pidió que comprara una buena lubina, y a ello fuimos.
Al llegar al mercado, la cola de la pescadería era larguísima, y, después de esperar un rato, al fin nos llegó el turno, pero...¡Menuda sorpresa! ¡No quedaba lubina, ni bacalao, ni salmón! ¡Sólo quedaban sardinas y un lenguado con una cara tan triste, que nadie lo quería!
Nos llevamos las sardinas, ya que además de tener buena pinta el pescadero nos aseguro que estaban muy frescas.
Llegamos a casa con nuestros botín y una historia que contar y pese a que mi abuelita arrugó la frente, se puso a cocinarlas enseguida a la brasa, que es como más nos gustan.
Cuando estábamos comiendo, empezaron a saltar chispas alrededor de mi abuelo y...¡Chas! ¡Plum! ¡Mi abuelo había desaparecido!
No le veíamos, no podiamos explicarnos qué estaba pasando pero...empezamos a escuchar un ruido un poco extraños, atendimos y nos dimos cuenta de que eran, maullidos, maullidos de gato, pero era imposible, mis abuelos no tienen gato.
Esos maullidos procedían de la silla de mi abuelo, y en efecto ahí estaba un gato gordito, con pinta de bonachón que nos miraba a todos con el cariño con el que solo es capaz de mirarnos mi abuelo.
En ese momento comprendimos lo que estaba pasando; ¡mi abuelo se había convertido en gato!
Y ahora...¿qué podemos hacer para devolverle a su forma humana?